El perro de un jardinero había caído en un pozo.
El jardinero, para salvarle, descendió también. Creyendo el perro que bajaba para hundirlo más todavía, se volvió y le mordió.
El jardinero, sufriendo con la herida, volvió a salir del pozo, diciendo:
« ¿Quién me llamó para salvar a un animal que quería suicidarse?»
Moraleja: Cuando
te veas en peligro o necesidad, no maltrates la mano de quien viene en tu
ayuda.
Esopo (Antigua Grecia)